domingo, 24 de enero de 2010

LILIAN CALISAYA GUTIÉRREZ


(Arequipa-Perú, 1988) Estudia la carrera profesional de Literatura en la Universidad Nacional de San Agustín, Obtuvo una mención honrosa en la categoría Poesía en el III Concurso Literario Jorge Cornejo Polar de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Actualmente forma parte del grupo Editorial Dragostea y Aletheya Editores.


AVE - NIDAS:
///el hogar tibio mutila mis alas ///
Vértigo
………..Orfandad
Ausencia
……..---Diciembre---
………………….Agonía encadenada a la extinción filantrópica del amor
Hoy vi Letreros agonizantes que descifraron la calidad de tus gestos
Tu sabes… es sombrío el universo que nos acoge en la calma
no sabemos confundirnos entre los arboles
sólo sabemos escapar al centro de la cuidad … esa superficie escatológica que abriga mi corazón…
Enigmas con sistemas que absorben el dolor
Donde nuestros pasos se pierden. Franja desconocida cubierta de ingenuidad:
Abandonas mis huellas…
Vivo con mortales egoístas que timaron la locura.
I
Tardes en círculo que enferman el tacto
Sólo el costado herido hablará en tu idioma para alcanzar la paz
Hoy remiendas miedos a mis manos
Crucificas el tiempo sobre el muro a blanco negro
Nadie conocerá el baile de sombras en cautiverio
Frente al desafío de acariciar tu mirada descompuesta
cada vocal y consonante se desangra
/Colisionar con dos enfermedades intramundanas es la in -solución que se derrama en
……………………………………….tus ojos/


II
Reflejo oxidado…
Tu mirada se encuentra colgada de mi cintura
Junto al abismo condensado de tu mirada
Tu rostro emprende un viaje al infinito
Sabiendo que las alturas son ingratas
cantaras a mediodía para rescatarme y
seremos:
El enigma que las distancias traten de descifrar
Horizontes que amanecen en islas lejanas
Intenciones con ecos de dolor
Finalmente seré la chica que adorne todas tus manías y se siente al final de la lluvia


III
Dos centímetros de tierra para tus fantasías
El centauro alado hablo de la eternidad confundida entre nuestros cuerpos
De la insostenible tristeza que cubre nuestros hombros
Del carácter de nuestras manos que vagan por eclipses
De la tarde que grita sin cesar los mandamientos terrenales
Y del ángel que olvido sus alas sobre mis sabanas


IV
Repito palabras agotadas
envuelta en un abrigo de piel / noche exiliada
disimiles huellas se encuentran
en un baile taciturno
mis cabellos desorientados reconocen
la ambigüedad de tu cuerpo
y tus manías juegan con gotas de sudor interminables
cada excusa se calcina frente a la pared
Ahora en un rincón tu conciencia corta pieles
ya dañadas por el tiempo
Dos cuerpos menguando se desin –tegran.


V
Inmovilidad suspendida…
El camino es el mismo pero los arboles cambiaron sus copas
por nueve deseos que se desvanecen
Ahora tú eres el que transforma las paredes en posibilidades
Infante que recoge la mariposa muerta
no agotes ni niegues el instante
sostiene y acaricia el suelo pérfido
para que sean tus manos el último universo que visite.

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